Las pequeñas aldeas de la campiña inglesa
son famosas por sus encantadoras casas de piedra, jardines floridos y pintorescos paisajes. La tranquilidad que se respira en estos lugares invita a disfrutar de largos paseos por los campos, visitar antiguas iglesias y castillos medievales o degustar la comida típica de la región en acogedores pubs locales.