Amaneciendo en Salinas Grandes

El sol comenzaba a asomarse tímidamente en el horizonte, pintando de tonos dorados el vasto paisaje blanco de Salinas Grandes. El silencio se rompía lentamente con los primeros cantos de las aves y el suave crujir de la sal bajo mis pies. Era un amanecer mágico, lleno de paz y serenidad.